MAYORDOMÍA
Esta gran festividad, inicia con un baile velorio el día 1 de febrero, en donde, nuevamente concurren xhuanas y xhelaxhuanas, mayordomos, presentes y pasados, así como la población en general.
Desde temprana hora, familiares cercanos, barren la enramada, colocan sillas, matan la res y preparan la cena, que se consumirá en la media noche.
Las mujeres son las encargadas de elaborar las tortillas, en tanto, amigos de los mayordomos y familiares, adornan la enramada con banderas de colores, racimos de cocos y flores de coyol.
Los postes que sostienen la enramada, son decorados con matas de plátano, sauces, adornos que para los habitantes, representan la importancia de esta festividad, toda vez, que es la celebración más significativa del pueblo, ya que es en honor al Santo Patrón, San Blas Obispo.
En el transcurso del medio día, se coloca la mesa para las xhelaxhuanas, quienes nuevamente son las encargadas de vender las hojas verdes a las mayordomas y a las mujeres que asisten ese día, para ayudar a los mayordomos en las actividades previas al baile que se celebrará en la noche.
Amenizan esta reunión, el pito y la flauta, y se degusta del tradicional chocolate con pan y tamales.
Los hombres son los encargados de matar la res, cuya carne es preparada por las mujeres, (lomito), así como las tortillas, los cuales, se consumirán en la media noche, cuando les canten el son del ombligo, pieza que es únicamente bailada por las parejas de xhuanas y mayordomos.
Desde la mañana, quienes llegan para ayudar a los mayordomos, tanto hombres como mujeres, desayunan, frijoles y frito, (platillo que consiste en piezas de puerco con trozos de chicharrón), acompañado de tortillas calientes.
Al medio día, es obligación de los mayordomos también, dar como bebida el pozol con panela, dentro de una jicara.
Después, las mujeres entregan a los parientes y amigos, el guíñadoo Xhuba, (mole con maiz triturado), platillo que es condimentado con tomate, achiote y chile y que es acompañado por piezas de carne de puerco y es servido en platos de barro; se come tanto con tortillas calientes como con el tradicional comezcal.
La bebida que por lo general se consume en esta comida, es agua de coco o de naranja, o de la fruta de la temporada.
En la tarde noche, las esposas de los principales, hacen entrega a los mayordomos lo recaudado en ese día, por la venta de las hojas verdes. Para despedirse de la enramada, bailan tres sones, al compás de la chirimía.
La enramada está lista y la cena también, así como, la mesa de parientes de hombres y mujeres.
Los xhuanas y xhelaxhuanas, por tradición se reunen en la iglesia de San Pedro Xhihui, (lugar en penumbra), para que juntos en punto de las 9:00 de la noche, lleguen a la enramada de los mayordomos, quienes los recibirán en la entrada de la enramada, acompañado de sus invitados.
Los xhuanas por respeto, se descubren la cabeza que por lo general tienen cubierta con un sombrero, esto se hace, para poder ingresar al cuarto en donde los mayordomos dispusieron sus imágenes religiosas y en donde, hincados todos, el xhuana de la llave de la iglesia del Santo Patrón, es el responsable de hacer la reverencia con el incienso al altar.
Al concluir esta ceremonia se saludan entre ellos, para dirigirse a la mesa colocada en la enramada y en donde recibirán las cuotas de los hombres asistentes al baile.
En tanto, sus esposas, también estarán ubicadas en otra mesa, listas, para recibir las limosnas o cooperación que otorguen las mujeres a la pareja de mayordomos.
El baile inicia con la inmortal Sandunga, en lo inmediato, el son de la Blaseñita, el sonido de los Cohetones, no se hace esperar, pues indica que da comienzo la fiesta.
En la media noche, se sirve la cena del lomito, inmediatamente después, uno de los dos grupos musicales, interpretan el son del ombligo, en donde bailan xhuanas, xhelaxhuanas y mayordomos presentes y pasados.
Este baile velorio, concluye entre 2:00 a 3:00 de la madrugada.
Al otro día, a partir de las 2:00 de la tarde, los invitados se hacen presentes nuevamente en la enramada para participar del convite de flores.
Mientras en la enramada la banda de música, toca los sones, en las calles aledañas, llegan las yuntas y un alrededor de 40 a 50 carretas que serán adornadas con matas de plátano, sauces y banderitas de colores, que en caravana encabezaran la comitiva.
Arriba de estas carretas, van niños y jóvenes, quienes vitorean los nombres de los mayordomos.
Después de la última carreta, en dos filas, vienen los xhuanas, portando en la mano, velas adordonadas con flores que al templo del Santo Patrón, llevarán.
Atrás del último xhuana, aparecen sus esposas, engalanadas con las enaguas de holán y su huipil grande, vestuario que les cubre la cabeza y en donde colocaran el jicapextle, llena de flores que al altar del Santo Patrón ofrendarán
Más atrás de la última xhelaxhuana, niñas y jovencitas, adornan el convite de flores, ellas portan el traje tradicional de gala o también, enaguas de holán con huipil, llevan en la mano floreros, para rendir culto a su Santo Patrón.
Hasta el final, se encuentran los mayordomos y su comitiva, acompañados de tarralleros, y la simulación de un gigante pez sierra, artesanía elaborado de madera y que quien lo carga, es el encargado de bailar en la calle y en el atrio de la iglesia, mientras quienes cargan la tarralla, tienden sus redes, pescando a la valla humana que presencia el convite de flores.
El ambiente en la población se impregna de los olores del sauce, flores de coyol, platanares y de la algarabía humana.
Casi al caer la noche, la comitiva llega a la iglesia del Santo Patrón, San Blas Obispo, ahí, le hacen la ofrenda de velas y flores.
En tanto, que en el atrio del templo, acompañados del repique de la campana de la iglesia, se baila el son del pescado. Al finalizar lucen los juegos pirotécnicos y también se queman los toritos de petate.
Llega el día de la mayordomía, 3 de Febrero, desde la madrugada, en la iglesia de San Blas Obispo, se escuchan las mañanitas, el repique de campanas. Los mayordomos, encargan que se sirva café y pan a los asistentes. Vecinos, empiezan a adornar las calles con palmas de coco, sauce, y banderas de colores.
El altar del Santo Patrón, es adornado con cirios y flores. La santa misa en honor a él, inicia al medio día, los mayordomos, xhuanas e invitados lucen sus mejores atuendos. Las mujeres sus típicos trajes bordados en sedas con flores, holanes tiesos, es oportunidad para lucir las prendas de oro.
Una vez, concluida la misa, se felicita a los mayordomos. Acto seguido parten de la iglesia para recorrer las principales calles.
El mayordomo, es flanqueado por los xhuanas, ellos encabezan la comitiva, atrás, viene la mayordoma y su comitiva de mujeres, también arropada por las xhelaxhuanas.
La contingencia es encabezada por una banda de música, hasta llegar a la enramada, ubicada frente a la casa del mayordomo.
En la entrada de la enramada, los hombres se descubren nuevamente la cabeza, mientras la pareja de mayordomos, conducen a los xhuanas y mayordomos actuales, a un cuarto especial de la casa, para realizar el ritual del incienso.
Una vez, concluida esta ceremonia, en donde los mayordomos son felicitados por la realización de la mayordomía, se les ofrece a los xhuanas, una copa de vino, y son invitados a desayunar.
Cuando concluye este desayuno, son invitados nuevamente a la enramada, para que xhuanas y xhelaxhuanas, se coloquen en sus mesas correspondientes, a fin de cumplir con la tradición de recolectar la limosna.
Es la oportunidad para que la esposa del mayordomo, pueda recuperar el dinero de la ofrenda que entregó por concepto de panes 30 días, antes, (xhibeú), a esta festividad.
En tanto, los invitados, entre parientes y amigos, tanto hombres como mujeres, ocupan las sillas, formando grupos de amistad, para disfrutar del gran día de fiesta, consumiendo en todo el transcurso, cervezas y botanas.
El baile nuevamente da inicio con la inmortal Sandunga y la Blaseñita. Puede ser que ese mismo día, surja otro mayordomo, para el próximo año, quien de ser así, se dirigirá a la mesa de los xhuanas, acompañados de una comitiva que atestiguará este compromiso moral.
Al acudir los nuevos mayordomos a la mesa principal, los señores xhuanas, los reciben parados y llaman al guza’ana, quien tendrá la misión de informar a los mayordomos presentes y pasados del cambio de mayordomía.
Entonces las parejas de mayordomos, entrantes y salientes, escuchan con atención los consejos y compromisos que deben cumplir los nuevos mayordomos durante un año, el cual consiste en acudir los días jueves y domingos al templo del Santo Patrón, para llevarle flores, aceite, incienso y una veladora.
El recién nombrado mayordomo, también tiene como comisión, acompañar a los otros mayordomos de las festividades que se celebran en la misma población en el transcurso del año, para hacer cumplir este compromiso, los principales de las iglesias, los exhortan a guardar compostura y respeto por el cargo que se adquirieron por propia voluntad ante la sociedad blaseña.
El guza’ana, es el responsable de hacer del conocimiento de la concurrencia sobre el acto ahí celebrado y de la importancia del compromiso, toda vez, que la nueva pareja de mayordomos, son quienes realizarán la misma festividad, el próximo año. Para esto, el mismo, guza’ana, vitorea vivas, en honor al Santo Patrón, Santos y Vírgenes del pueblo y haciendo referencia a los nombres de los mayordomos que cumplieron el compromiso en el presente año y a también hacen mención de los nombres de los nuevos mayordomos quienes, encabezaran tan importante festividad, para el próximo año.
En lo inmediato, se hace escuchar la Diana y el tronido de los cohetones, como señal que se cumplió con la promesa, compromiso o gusto adquirido.
Acto seguido, los mayordomos actuales y recién nombrados, bailan un son regional, intercambiando parejas, que simboliza el pacto verbal, contraído ante la sociedad.